sábado, 10 de agosto de 2013

VIAJE A KENYA. Mi experiencia con los baboon.

Foto: Alejandra de Argos
 Existe una enorme diferencia entre lo que nos cuentan, con sentir la experiencia de convivir con estos primates tan cercanos al ser humano. No cabe duda que Darwin estaba acertado. 

A todo aquel que quiera experimentar la sensación de dirigir la mirada atrás en nuestra evolución, y rodearse de una comunidad que le puede recordar algo a la nuestra, nada mejor que conocer y convivir con los baboon.


Los baboon comparten el 91% de nuestro ADN y son los monos de mayor tamaño del Viejo Mundo detrás de los seres humanos. Existen cinco especies diferentes de baboon y todos ellos viven en África o en Arabia.
Foto:Alejandra de Argos






Foto:Alejandra de Argos
Pasé unos días en la zona central de la región de Laikipia, en Kenya, en una sabana rocosa conviviendo con los baboon. Me acompañaba un investigador de una Compañía Inglesa de Conservación, el cual incidió mucho en la recomendación de no mirar a los machos a los ojos, ya que son muy agresivos y pueden entrar en pelea en cualquier momento y sin ninguna razón, por lo 
que  hay que aparentar sumisión. Las peleas suelen producirse por la soberanía del grupo, las cuales suelen ser contra otras familias dentro de la manada, a los que suelen asesinar con todos sus miembros. También pueden maltratar a sus crías o a hembras que rechazaron aparearse con ellos. Mi acompañante me comentó otros tipos de comportamientos despreciables de los baboon que también se dan en nuestra especie pero al mismo tiempo, otras que también nos honran, como el cuidado desinteresado y generoso por la familia y sus congéneres.

Foto:Alejandra de Argos





Foto:Alejandra de Argos
 Mi experiencia fue muy positiva ya que pude observar una comunidad que se comportaba de una manera muy social. Pude contemplar a los miembros de la manada dedicando horas a la higiene de otros miembros quitándoles insectos o madres acarreando sus crías a sus espaldas o mimándolas. Observé también como un macho subido en una roca vigilaba que no se acercara ningún depredador. Pero la realidad es que no pueden presumir de tener buena fama entre los habitantes de la zona ya que destruyen sus cultivos.

A este respecto hay que decir que son peligrosos si se unen para atacar a grandes animales. Suelen alimentarse de semillas, hierbas, frutas o raíces pero también pájaros, roedores o antílopes. Les encanta hablar, emiten unos sonidos muy escandalosos, los cuáles son su forma de relacionarse, socializar y simpatizar. Ello les da mucha seguridad. Las comunidades pueden llegar a tener cientos de miembros y están muy jerarquizadas.



Foto:Alejandra de Argos
Me maravilló vivir esta experiencia con unos seres en los cuales podía encontrar muchas similitudes con nuestra propia especie. Rodeada de un entorno como es la inmensidad de la Naturaleza Africana, con esa luz tan especial y característica de allí en el que las sensaciones son tan fuertes,  me hizo comprender que nuestra naturaleza está más cercana a ese mundo que al nuestro.
Foto:Alejandra de Argos

Para terminar me gustaría transcribir las palabras de una entrevista realizada por Malén Aznárez a el neodarwinista español Francisco J. Alaya, uno de los biólogos más prestigiosos del mundo que dice así;

"La ciencia y la religión son como dos ventanas de mirada al mundo, lo que se ve desde cada ventana es distinto, pero es el mismo mundo. Y son compatibles, ésa es mi manera de ver las cosas. La ciencia se ocupa de explicar los procesos naturales por medio de leyes naturales. La religión trata del significado de la vida, del propósito de la vida, de nuestras relaciones con los demás; sobre estas cosas, la ciencia no tiene nada significativo que decir. Y la religión no tiene nada significativo que decir sobre la ciencia porque no trata de esas cosas. Las dos se interfieren cuando dejan su campo en el que tienen autoridad y entran en el otro. Y ése es el problema con los fundamentalistas cristianos en Estados Unidos y los islamistas en otros países, que quieren hacer de la Biblia un libro de texto científico, como si fuera un tratado de astronomía o biología, y entonces sí hay contradicción y se destruye a sí misma."
Foto:Alejandra de Argos




Foto:Alejandra de Argos


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