martes, 28 de enero de 2014

Atelier Carlos Cruz-Diez en París.


Carlos Cruz-Diez (Caracas, 1923) es uno de los grandes representantes del arte cinético, arte en movimiento. Llegó a París un 12 de Octubre de hace 54 años para quedarse y hacer su propia conquista de la rue Pierre Sémard donde ha ido poco a poco expandiéndose con nuevos espacios.






Su estudio se reparte en diferentes propiedades en la misma calle de Paris. Resulta muy curioso que uno de los talleres mantenga su fachada original que antes era  una antigua carnicería. Todas ellas tienen un cometido distinto: centro de documentación ( el resto de la documentación se halla en su estudio en Panama); sala de reuniones, espacio de restauración con todos los archivos de sus obras. También es muy interesante su taller de experimentación o la sala de trabajo con todo tipo de materiales que parece más un taller de herramientas que el estudio de un pintor.  Esta variedad contribuyó a hacer la visita de lo más didáctica y entretenida.







Esta gran empresa está perfectamente estructurada gracias a la colaboración de toda su familia. Se han involucrado en la conservación y organización de un legado riquísimo que nos dejará uno de los grandes científicos del color.
En esta foto posando delante de un cuadro de su ultima época que me encantó, el artista de 90 años desplegó toda su energía y encanto.




Comencé  un viaje en el tiempo por la trayectoria de este grandísimo artista del color y el movimiento. Fue muy interesante como las investigaciones de Cruz-Diez habían evolucionado desde sus inicios, donde utilizaba cartón y madera para la realización de sus obras y como terminó en tecnología numérica y aluminio. Su desarrollo en el uso de materiales es el fruto de una profunda investigación y adaptación para poder transmitir de la mejor manera posible, las ideas de su creador. Toda su filosofía trata sobre la percepción del color y las emociones que  provoca en el que observa la obra. Quiere que entendamos el color como una identidad autónoma.







Pero lo fundamental en sus obras no son los materiales en sí o la técnica, es la reflexión que conlleva. Lo importante es lo que Cruz-Diez quiere transmitir: el cuadro es un mero instrumento. La pátina, el gesto, el estilo no es la característica de su arte, ésto no es lo importante, él es como el arquitecto que crea sus planos para que otros lleven a cabo sus reflexiones. Es algo más racional acercándose a lo conceptual.




Carlos Cruz-Diez. Fisicromía 3. Caracas, Venezuela, 1959



Sus comienzos fueron figurativos pero enseguida lo abandonó para dar paso en los años 50 al arte geométrico. En esa época empezó pintando tiras de color, lo que era muy complicado y entremezclaba los colores. Después utilizó los cantos del cartón como líneas, las cuales pintaba en colores, también la madera y el plástico. Este ultimo material debió abandonarlo cuando la OPEP declara la guerra del petróleo a los países de Occidente y el precio de los derivados se pone por las nubes. Eso hace que se vuelva a reinventar y que evolucione en técnicas que le irán además facilitando su trabajo, como fue el aluminio. Crea unos perfiles con este material que le permitirán jugar con el color. Desde los años 70 trabaja la fisicromía pintando encima del aluminio con serigrafía  pero esta técnica era muy tóxica y laboriosa y es abandonada en el 2000 por la tecnología numérica.

Carlos Cruz-Diez. Physichromie 625. Paris, Francia 1973

Me contó su hijo, Carlos Cruz Delgado que han recopilado en un libro muchas de sus fotos de juventud, del Nueva York de los años 40, de los barrios pobres de Venezuela, de sus paisajes... También aparecen fotos con otros compañeros de profesión como Calder, Soto o Tinguely. Se celebrarán exposiciones con ellas, la próxima el martes 4 de febrero en Nueva York. Después en Buenos Aires y París. Habrá que estar atentos!!



Sus intervenciones en el espacio urbano y la arquitectura han reportado otra manera de mirar un arte que dependiendo de la luz del día, la iluminación o nuestra posición al observar la obra nos da una u otra percepción del color contribuyendo a nuestro estado emocional. Son muy reconocidas sus obras en el mundo entero.

Carlos Cruz-Diez. Homenaje a Don Andres Bello 1982. Caracas, Venezuela

Carlos Cruz-Diez. Cromovela 2001, Santo Tirso, Portugal.


Carlos Cruz-Diez. Parque Olímpico, 1988. Seúl, Corea del Sur.


Carlos Cruz-Diez, Aeropuerto Internacional Simón Bolivar, 1974. Maiquetía, Venezuela

Carlos Cruz-Diez, Intervención cromática en accesos al Miami Marlins Ballpark Stadium



Para saber más sobre sus investigaciones, la Fundación Carlos Cruz-Diez tiene una página web donde se  despliega toda la obra de este genial artista.






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